Hablar de Cristina y Miguel, es hablar de Bruce y Ava, que para quienes todavía no lo sepan, son sus “enormes” perros. Pero la historia (al menos la nuestra) no comienza con los chihuahuas, si no con una inolvidable visita a su casa.
A mi me gustaron mucho y al parecer, la idea que ambos tenían sobre el fotógrafo de su boda cambió. Tanto cambió, que después de habernos visto varias veces, compartido la preboda, nervios y demás, puedo decir que de veras son una pareja encantadora y genial, a la que considero mis amigos.
Pero centrándonos en la boda, comentaros que pese a las apariencias del cielo y los comentarios poco halagüeños de algunos presentes, el día nos respetó casi por completo y a mi me facilitó un cielo maravilloso (como espero que podáis ver en las fotografías).
Lo pasamos muy bien, ambos estaban muy guapos y muy muy felices. En los domicilios pude comprobar de dónde han sacado ambos sus formas de ser y más tarde en la ceremonia y sobre todo en el cocktail, me di cuenta del tipo de amigos y familiares que tienen. ¡Así da gusto! Además vimos un poco del partido de España y todos tan contentos.
Como siempre, tengo la sensación de estar enrollándome y de no estar contando lo que de verdad os querría contar. pero bueno, como me fallan las palabras… espero que las imágenes puedan contar lo que yo no soy capaz de escribir.
Un abrazo enorme para Cris y Miguel y GRACIAS a todos los asistentes y familiares por hacerme pasar un día tan genial. GRACIAS.
por Carlos Vaquero
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